¿Quién soy?

Porque más allá de la dificultad de comunicarse uno mismo, existe la suprema dificultad de ser uno mismo.

Virginia Woolf

Con frecuencia me pregunto si el yo que habita en mi es el mismo que se ve en el escaparate, ese que creamos para el mundo y a veces nos supera.

Algunos creen ser lo que oyeron decir a los demás sobre ellos mismos, y posiblemente se sienten satisfechos; otros obvian estas cuestiones por falta de interés. La gran mayoría, sin embargo, deambulamos entre la pereza, el miedo, la inseguridad o la incertidumbre para justificar este constante regateo con los misterios del ser humano.

Al fin y al cabo mirar hacia dentro puede conducirnos a un abismo que prefiramos ignorar. Es lícito.

Decirte “hola, soy Matilde” no me concede identidad alguna, ni mayor o menor credibilidad.

Entonces es cuando te explico que soy periodista, que concedo a la escritura el valor de expresar lo que a veces no conseguimos con la voz, y que las dos herramientas juntas, palabra y voz, forman un binomio casi perfecto para conquistar el bien, a mi juicio, más preciado de la comunicación: la capacidad de emocionar.

Ahora mi nombre ya está vestido con algunos datos con los que tu intuición empezará a forjarse un perfil. Te ayudo un poco más.

Soy una persona de actitudes optimistas, de pensamiento reflexivo, de gustos sencillos, de pocos pero buenos amigos/as, de vacaciones en familia, de sensibilidad a flor de piel, de tertulias de sobremesa, de paseos en solitario y verbenas con sabor a miel.

Soy ordenada, aunque ya no tanto; controladora, pero quiero serlo menos; organizada, eso está bien.

Soy un pececito en el mar y un árbol con luz de otoño en la montaña.

Soy exigente con la integridad, beligerante con la injusticia, comprensiva con el fracaso, indulgente con el error, crítica con la rendición o el abandono, intransigente con la intolerancia. Soy de las que creen que la humildad nos hace crecer, la soberbia nos envilece y el egoísmo nos aísla, pero no siempre soy capaz de cumplir con mis propias premisas; así es, también puedo ser orgullosa, presuntuosa y egoísta.

Soy una eterna aspirante a mejorar como persona, a aprender con y de los demás, a mirar al mundo más allá de sus chantajes mundanos. Me gusta preguntarme por qué y escuchar atentamente, porque entiendo que cada uno de nosotros debe hilvanar, con honestidad, los argumentos que den solidez a sus propias respuestas.

Si te parezco de fiar, las puertas están abiertas…

Decirte “hola, soy Matilde” no me concede identidad alguna, ni mayor o menor credibilidad.

Entonces es cuando te explico que soy periodista, que concedo a la escritura el valor de expresar lo que a veces no conseguimos con la voz, y que las dos herramientas juntas, palabra y voz, forman un binomio casi perfecto para conquistar el bien, a mi juicio, más preciado de la comunicación: la capacidad de emocionar.

Ahora mi nombre ya está vestido con algunos datos con los que tu intuición empezará a forjarse un perfil. Te ayudo un poco más.

Soy una persona de actitudes optimistas, de pensamiento reflexivo, de gustos sencillos, de pocos pero buenos amigos/as, de vacaciones en familia, de sensibilidad a flor de piel, de tertulias de sobremesa, de paseos en solitario y verbenas con sabor a miel.

Soy ordenada, aunque ya no tanto; controladora, pero quiero serlo menos; organizada, eso está bien.

Soy un pececito en el mar y un árbol con luz de otoño en la montaña.

Soy exigente con la integridad, beligerante con la injusticia, comprensiva con el fracaso, indulgente con el error, crítica con la rendición o el abandono, intransigente con la intolerancia. Soy de las que creen que la humildad nos hace crecer, la soberbia nos envilece y el egoísmo nos aísla, pero no siempre soy capaz de cumplir con mis propias premisas; así es, también puedo ser orgullosa, presuntuosa y egoísta.

Soy una eterna aspirante a mejorar como persona, a aprender con y de los demás, a mirar al mundo más allá de sus chantajes mundanos. Me gusta preguntarme por qué y escuchar atentamente, porque entiendo que cada uno de nosotros debe hilvanar, con honestidad, los argumentos que den solidez a sus propias respuestas.

Si te parezco de fiar, las puertas están abiertas…

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Matilde Bello

Matilde Bello

Periodista y escritora

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