Lucía: “A golpe de locuacidad y poesía”
–Hola, ¿quién eres?
–Yo, Lucía, ¿y tú?
–Yo soy quien pregunta.
–¿Y qué quieres saber?
–¿Eres ciega?
–Sí, soy ciega. ¿Lo has adivinado tú solito o has tenido que mirar los apuntes?
–Vale, lo pillo. ¿Por qué eres ciega?
–Me dieron a elegir: ciega o tonta…Algunos no lo tienen tan claro.
–No hace falta que me cuentes los detalles, pero la gente querrá saber qué pasó, si lo llevas bien…. Esas cosas. El morbo da audiencia.
–Solo cuando la menosprecias. La audiencia es mucho más que farsa y cotilleo, pero si solo le damos eso, pues al final se nutre de eso.
–¿Entonces?
–Soy ciega de nacimiento. Fui prematura. Punto.
–¿Por eso la mala hostia?
–No. La mala hostia vino después, a medida que cretinos de toda talla se iban cruzando en mi camino.
–¿Cómo yo?
–Lo estoy valorando.
–Hago mi trabajo.
–Hazlo mejor.
–Vale. ¿Qué le das tú a la audiencia?
–Autenticidad.
–¿Solo?
–¿Te parece poco?
–Me parece poco para que alguien diga de repente ¡me ha convencido! Voy comprar la novela “Lucía, intuición”.
–Estos días Amazon está regalando la versión digital. ¡No te enteras!
–Aun así, necesito más para dirigirme al gigante y descargármela.
–Está bien. Doy una visión de mi vida sin remilgos, sin complacencia y sin imposturas.
–Vale. Ahora construye esa frase, pero utiliza la preposición «con» delante.
–Doy una visión de mi vida con frescura, con pasión y con gracia.
–¿Te consideras graciosa?
–Bastante. Tengo buenas salidas. Solo hay que conocerme.
–¿A qué te dedicas?
–Soy guionista.
–¿Cómo se hace guionista una persona ciega?
–Cambié el título por cien gramos de foiegrás. ¿A ti qué te parece? Estudiando y preparándome exactamente igual que los demás. Hay que tener labia, ser creativo, original, efervescente, documentarse bien, leer mucho, currar más y escribir mejor. Te puedo recomendar el máster.
–¿Lo dices por alguna razón?
–¡Tú mismo!
–Se te va un poco la mano con el borderío ¿no?
–Tal vez, pero es que todavía no me has hecho una pregunta que valga la pena.
–Vale. Guionista, ciega, borde, auténtica y con gracia. ¿Crees que con eso podré pasar de la primera página?
–Ahí has estado un poco más atinado… No querrás parar si acabas el primer capítulo.
–Eso es muy presuntuoso por tu parte.
–No soy perfecta…
–¿Por qué no querré parar?
–Porque cuento mi historia para que te la creas, desde la verdad, desde dentro. Yo podría ser tú, podría ser cualquiera porque no soy nadie especial y, sin embargo, soy única.
–Bonito oxímoron, pero me estás dando pocas pistas.
–Las suficientes.
–Justitas.
–La gente es lista. Estoy dejando caer mi personalidad, el resto es mejor descubrirlo mientras lees.
–¿Cuál es el contrapunto?
–Por fin una buena pregunta. El contrapunto es ver cómo se desordena mi carácter cuando las cosas no salen como quiero.
–¿Más?
–Mucho más…
–¿Por ejemplo, en el amor?
–Por ejemplo.
–¿Es una historia de amor?
–También…
–Pensaba que te pondrías a la defensiva.
–¿Por qué?
–La novela romántica tiene mala prensa.
–A la prensa, amigo mío, como todo en la vida, hay que ganársela.
–¿Y tú te la ganas a golpe de…?
–De locuacidad y literatura. De originalidad y poesía.
–¿Te estás tirando un farol o vuelves a ser pretenciosa?
–Lee la novela y lo sabrás. Veo que prestas poca atención.
–¿Y de quién está enamorada Lucía?
–De Javi.
–Háblame de él.
–Eso no es una pregunta.
–Está bien. ¿Por qué te gusta? ¿Por qué te enamoraste de él?
–Eso no lo sabe contestar nadie. ¿Feromonas? ¿Predestinación? ¿Supervivencia de la especie? ¿Conexión cósmica? Reformula.
–Eres muy exigente. A ver, dime ¿qué sucede contigo cuando él aparece?
–Mucho mejor…, ¡Hummmm! Mis sentidos se agudizan, puedo detectar su presencia solo por cómo se transforma la energía; yo misma me transmuto al estado gaseoso; mi oscuridad se llena de matices brillantes; despierta mi inteligencia y me vuelvo completamente idiota… ¡Lo normal!
–¿Por qué, lo normal?
–Voy a hacer como que no he oído esa pregunta.
–(Carraspeo)
–(Voy a hacer como que tampoco he escuchado eso)
–¿Por qué se está regalando estos días?
–Porque en breve aparecerá el audiolibro y en poco tiempo la segunda parte. La gente querrá saber quién soy.
–No todo el mundo.
–Por supuesto.
–¿Cómo se titulará la segunda parte?
–“Lucía inspiración»
–¿Por qué segunda parte?
–Demasiados por qués en tus preguntas. Ni idea.
–¿Nada?
–Se lo tendrás que preguntar a la autora.
–Me gustaría, pero no se deja ver.
–Es un poco timorata. Los tipos como tú la acojonan un poco.
–¿Qué sabes tú de ella?
–Que juega al despiste.
–¿Con los lectores?
–Conmigo. Hasta los cojones me tiene de tanta volatilidad…
–El mismo taco desdoblado por versiones. ¿Así que también eres deslenguada?
–Mi rasgo más llamativo y lo descubres al final de la entrevista. Tienes que seguir practicando.
–¿Me darás otra entrevista?
–Solo si la autora me deja…
«La ternura es uno de esos afectos que viste sus esquinas con tan conmovedora calidez que me da rabia tener que asociarla a la despedida…»
“Perfilo un sinuoso mapa de los deseos bajo la clavícula y tanteo la cavidad donde resuena el tambor que cantaba en mi oreja; con su corazón latiendo en las yemas de mis dedos, desciendo suavemente…»
Lucía intuición
Matilde Bello Orozco
Lucía Intuición, tapa blanda 10 Euros
Lucía, intuición en versión digital gratis hasta el 9 de septiembre
–Hola, ¿quién eres?
–Yo, Lucía, ¿y tú?
–Yo soy quien pregunta.
–¿Y qué quieres saber?
–¿Eres ciega?
–Sí, soy ciega. ¿Lo has adivinado tú solito o has tenido que mirar los apuntes?
–Vale, lo pillo. ¿Por qué eres ciega?
–Me dieron a elegir: ciega o tonta…Algunos no lo tienen tan claro.
–No hace falta que me cuentes los detalles, pero la gente querrá saber qué pasó, si lo llevas bien…. Esas cosas. El morbo da audiencia.
–Solo cuando la menosprecias. La audiencia es mucho más que farsa y cotilleo, pero si solo le damos eso, pues al final se nutre de eso.
–¿Entonces?
–Soy ciega de nacimiento. Fui prematura. Punto.
–¿Por eso la mala hostia?
–No. La mala hostia vino después, a medida que cretinos de toda talla se iban cruzando en mi camino.
–¿Cómo yo?
–Lo estoy valorando.
–Hago mi trabajo.
–Hazlo mejor.
–Vale. ¿Qué le das tú a la audiencia?
–Autenticidad.
–¿Solo?
–¿Te parece poco?
–Me parece poco para que alguien diga de repente ¡me ha convencido! Voy comprar la novela “Lucía, intuición”.
–Estos días Amazon está regalando la versión digital. ¡No te enteras!
–Aun así, necesito más para dirigirme al gigante y descargármela.
–Está bien. Doy una visión de mi vida sin remilgos, sin complacencia y sin imposturas.
–Vale. Ahora construye esa frase, pero utiliza la preposición «con» delante.
–Doy una visión de mi vida con frescura, con pasión y con gracia.
–¿Te consideras graciosa?
–Bastante. Tengo buenas salidas. Solo hay que conocerme.
–¿A qué te dedicas?
–Soy guionista.
–¿Cómo se hace guionista una persona ciega?
–Cambié el título por cien gramos de foiegrás. ¿A ti qué te parece? Estudiando y preparándome exactamente igual que los demás. Hay que tener labia, ser creativo, original, efervescente, documentarse bien, leer mucho, currar más y escribir mejor. Te puedo recomendar el máster.
–¿Lo dices por alguna razón?
–¡Tú mismo!
–Se te va un poco la mano con el borderío ¿no?
–Tal vez, pero es que todavía no me has hecho una pregunta que valga la pena.
–Vale. Guionista, ciega, borde, auténtica y con gracia. ¿Crees que con eso podré pasar de la primera página?
–Ahí has estado un poco más atinado… No querrás parar si acabas el primer capítulo.
–Eso es muy presuntuoso por tu parte.
–No soy perfecta…
–¿Por qué no querré parar?
–Porque cuento mi historia para que te la creas, desde la verdad, desde dentro. Yo podría ser tú, podría ser cualquiera porque no soy nadie especial y, sin embargo, soy única.
–Bonito oxímoron, pero me estás dando pocas pistas.
–Las suficientes.
–Justitas.
–La gente es lista. Estoy dejando caer mi personalidad, el resto es mejor descubrirlo mientras lees.
–¿Cuál es el contrapunto?
–Por fin una buena pregunta. El contrapunto es ver cómo se desordena mi carácter cuando las cosas no salen como quiero.
–¿Más?
–Mucho más…
–¿Por ejemplo, en el amor?
–Por ejemplo.
–¿Es una historia de amor?
–También…
–Pensaba que te pondrías a la defensiva.
–¿Por qué?
–La novela romántica tiene mala prensa.
–A la prensa, amigo mío, como todo en la vida, hay que ganársela.
–¿Y tú te la ganas a golpe de…?
–De locuacidad y literatura. De originalidad y poesía.
–¿Te estás tirando un farol o vuelves a ser pretenciosa?
–Lee la novela y lo sabrás. Veo que prestas poca atención.
–¿Y de quién está enamorada Lucía?
–De Javi.
–Háblame de él.
–Eso no es una pregunta.
–Está bien. ¿Por qué te gusta? ¿Por qué te enamoraste de él?
–Eso no lo sabe contestar nadie. ¿Feromonas? ¿Predestinación? ¿Supervivencia de la especie? ¿Conexión cósmica? Reformula.
–Eres muy exigente. A ver, dime ¿qué sucede contigo cuando él aparece?
–Mucho mejor…, ¡Hummmm! Mis sentidos se agudizan, puedo detectar su presencia solo por cómo se transforma la energía; yo misma me transmuto al estado gaseoso; mi oscuridad se llena de matices brillantes; despierta mi inteligencia y me vuelvo completamente idiota… ¡Lo normal!
–¿Por qué, lo normal?
–Voy a hacer como que no he oído esa pregunta.
–(Carraspeo)
–(Voy a hacer como que tampoco he escuchado eso)
–¿Por qué se está regalando estos días?
–Porque en breve aparecerá el audiolibro y en poco tiempo la segunda parte. La gente querrá saber quién soy.
–No todo el mundo.
–Por supuesto.
–¿Cómo se titulará la segunda parte?
–“Lucía inspiración»
–¿Por qué segunda parte?
–Demasiados por qués en tus preguntas. Ni idea.
–¿Nada?
–Se lo tendrás que preguntar a la autora.
–Me gustaría, pero no se deja ver.
–Es un poco timorata. Los tipos como tú la acojonan un poco.
–¿Qué sabes tú de ella?
–Que juega al despiste.
–¿Con los lectores?
–Conmigo. Hasta los cojones me tiene de tanta volatilidad…
–El mismo taco desdoblado por versiones. ¿Así que también eres deslenguada?
–Mi rasgo más llamativo y lo descubres al final de la entrevista. Tienes que seguir practicando.
–¿Me darás otra entrevista?
–Solo si la autora me deja…
«La ternura es uno de esos afectos que viste sus esquinas con tan conmovedora calidez que me da rabia tener que asociarla a la despedida…»
“Perfilo un sinuoso mapa de los deseos bajo la clavícula y tanteo la cavidad donde resuena el tambor que cantaba en mi oreja; con su corazón latiendo en las yemas de mis dedos, desciendo suavemente…»
Lucía intuición
Matilde Bello Orozco
Lucía Intuición, tapa blanda 10 Euros
Lucía, intuición en versión digital gratis hasta el 9 de septiembre
¡Hola, Matilde! Ja, ja, ja… Estupenda presentación de Lucía para quienes no la conozcan todavía. Conversar directamente con el personaje es una manera infalible para conocerlo, para insuflarle vida, para que se muestre con esa verdad que, los lectores, buscamos en nuestra lectura. Ojalá la promoción logré que muchos descubran a este personaje tan brillante, como las respuestas que hemos podido paladear. ¡Y ojalá muy pronto aparezca esa segunda parte inspiradora! Un fuerte abrazo!!
Hola, David:
La idea es esa, que el personaje se conozca un poquito más dado que, en breve, tendrá voz propia (audiolibro) y esperemos que la segunda parte no se me atasque demasiado, en ello andamos.
Gracias por pasarte por aquí.
Un abrazo
Lucia me fascina…
Loquita estoy esperando esa segunda parte q no nos dejará indiferentes a nadie..
Lucia, portare bien con Mati, seguro q tienes muchas cosas q decirnos y contarnos en esta segunda parte.
Pero poco a poco q eres muy intensa😂😂
Lucía me está castigando con noches de insomnio para que no la suelte… (je, je…).
Ella sabe que tiene grandes admiradoras como tú, esperando conocer su suerte, así que hay un poco de presión, pero vamos avanzando hacia el final inexorablemente. Te tendré informada
Gracias siempre por tu fidelidad