Sueños para qué os quiero
Los sueños. Eso es lo que más se mueve en las ferias literarias. Los propios y los ajenos. Cientos de sueños pululando de mesa en mesa, de libro en libro, de conversación en conversación entre colegas y compañeros de ilusiones compartidas.
Sueños que se encienden cuando alguien se acerca a tu obra y se interesa por lo que escribes, como si al detener la mirada en esas líneas que un día escribiste se creara un vínculo de reconocimiento íntimo y exclusivo.
Y que los sueños se quiten las legañas de vez en cuando y revitalicen su esencia, sus porqués, su inspiración… todo eso es impagable.
El pasado 25 de mayo asistí como escritora a la I Feria Va de Libros de Sabadell dirigida al sector del libro autopublicado y de pequeñas editoriales. Un certamen dinámico y muy creativo que aunque no contó con la asistencia de un público excesivo si constató la vitalidad de este segmento editorial en el que participan cada vez más autores, y que nos habla de la buena salud, en general, que vive la literatura en nuestro país.
Particularmente fue una experiencia enriquecedora, no tanto por las ventas que uno hace, que puedes imaginar que son bastante discretas, sino por las buenas vibras que transmitió el evento; por las relaciones que entablas con otros colegas y la desvirtualización de gente que tenías fichada, su conversión al formato humano, sin avatares ni stickers es todo un regalo.
Tuve ocasión, además, de interactuar con gente que se interesó por mi obra. Con bookstagramer que abrazaron a Lucía y se la llevaron para casa, con gente que se paraba a leer alguno de los relatos de mi libro de prosa poética «Desde el salón de mi alma», cuya portada, por cierto, fue elegida por unas jóvenes creativas, @mcccace y @ngzmr, como una de las mejores de todas las expuertas en la feria. ¡Lujazo!
En el apartado de agradecimientos quiero mencionar a mis vecinas de mesa @vanessabarbeito_, @kira.1480 y @eratiacopperfield la simpatía y el acompañamiento que me brindaron durante el evento; a @davidcolomagarcia por hacerme partícipe de su poesía experimental; a @lopez.pedrogarrido por compartir conmigo su interés por la prosa poética; a la encantadora bookstagramer Patri @guipabooks, por detenerse a charlar conmigo e interesarse por la historia de Lucía de principio a fin; y a otra bookstagramer, Raquel, @rql.arriaza porque ¡Atención!, me compró la bilogía de Lucía para reseñarla en un futuro y lo hizo porque es su forma de trabajar con los autores. No acepta libros gratis. Y esto, señoras y señores, es para quitarse el sombrero.
Me dejo a mucha gente con la que compartí ratitos de interesante charla y a la que no pedí los datos, ni siquiera atiné para hacerme fotos. Soy un desastre gestionando el marketing. Veo ahora post de colegas con fotitos chulas de tertulia y compadreo y me da mucha envidia. En fin, para la próxima…
En fin, que con estas sinergias lo que hacemos es mover los sueños. Darles un puntapié allá donde habían perdido la memoria para recordarnos que su fuerza es la que nos hace brillar.
Ahora toca aprovechar el chute de energía nueva en las venas…
¡Seguimos!
Los sueños. Eso es lo que más se mueve en las ferias literarias. Los propios y los ajenos. Cientos de sueños pululando de mesa en mesa, de libro en libro, de conversación en conversación entre colegas y compañeros de ilusiones compartidas.
Sueños que se encienden cuando alguien se acerca a tu obra y se interesa por lo que escribes, como si al detener la mirada en esas líneas que un día escribiste se creara un vínculo de reconocimiento íntimo y exclusivo.
Y que los sueños se quiten las legañas de vez en cuando y revitalicen su esencia, sus porqués, su inspiración… todo eso es impagable.
El pasado 25 de mayo asistí como escritora a la I Feria Va de Libros de Sabadell dirigida al sector del libro autopublicado y de pequeñas editoriales. Un certamen dinámico y muy creativo que aunque no contó con la asistencia de un público excesivo si constató la vitalidad de este segmento editorial en el que participan cada vez más autores, y que nos habla de la buena salud, en general, que vive la literatura en nuestro país.
Particularmente fue una experiencia enriquecedora, no tanto por las ventas que uno hace, que puedes imaginar que son bastante discretas, sino por las buenas vibras que transmitió el evento; por las relaciones que entablas con otros colegas y la desvirtualización de gente que tenías fichada, su conversión al formato humano, sin avatares ni stickers es todo un regalo.
Tuve ocasión, además, de interactuar con gente que se interesó por mi obra. Con bookstagramer que abrazaron a Lucía y se la llevaron para casa, con gente que se paraba a leer alguno de los relatos de mi libro de prosa poética «Desde el salón de mi alma», cuya portada, por cierto, fue elegida por unas jóvenes creativas, @mcccace y @ngzmr, como una de las mejores de todas las expuertas en la feria. ¡Lujazo!
En el apartado de agradecimientos quiero mencionar a mis vecinas de mesa @vanessabarbeito_, @kira.1480 y @eratiacopperfield la simpatía y el acompañamiento que me brindaron durante el evento; a @davidcolomagarcia por hacerme partícipe de su poesía experimental; a @lopez.pedrogarrido por compartir conmigo su interés por la prosa poética; a la encantadora bookstagramer Patri @guipabooks, por detenerse a charlar conmigo e interesarse por la historia de Lucía de principio a fin; y a otra bookstagramer, Raquel, @rql.arriaza porque ¡Atención!, me compró la bilogía de Lucía para reseñarla en un futuro y lo hizo porque es su forma de trabajar con los autores. No acepta libros gratis. Y esto, señoras y señores, es para quitarse el sombrero.
Me dejo a mucha gente con la que compartí ratitos de interesante charla y a la que no pedí los datos, ni siquiera atiné para hacerme fotos. Soy un desastre gestionando el marketing. Veo ahora post de colegas con fotitos chulas de tertulia y compadreo y me da mucha envidia. En fin, para la próxima…
En fin, que con estas sinergias lo que hacemos es mover los sueños. Darles un puntapié allá donde habían perdido la memoria para recordarnos que su fuerza es la que nos hace brillar.
Ahora toca aprovechar el chute de energía nueva en las venas…
¡Seguimos!
Hola Matilde, una pedazo feria del libro. Como dices: llena de sueños, propios y ajenos. ¡Sigue soñando!
Un abrazo. 🙂
Muchas gracias, Merche
¡Y qué haríamos sin ellos!
Un abrazo
Hola, Matilde. Me alegra que disfrutaras de esa jornada. Ojalá este tipo de eventos se prodiguen más. La única forma de que la literatura y los autores lleguen al público es sacándolos a la calle. Si la gente ve libros, sabrán que existen y quizá se anime a descubrir lo que son. Si ven autores, comprobarán qué hay tras cada obra.
Solo así la lectura de ficción seguirá viva, en una época en la que ya anda como la séptima opción de ocio para muchos en el mejor de los casos, e inexistente en el peor. Un abrazo!!
Hola, David
Tienes toda la razón del mundo. No me canso de insistir en el hecho de las pocas ferias literarias «locales» que tenemos en Catalunya. Al margen de San Jordi tenemos pocos escenarios donde mostrar nuestro trabajo. Hay algunas grandes citas temáticas, pero pocas de proximidad. Ya no digo lo que sucede con autores autopublicados vetados en muchas de estas citas, como ha sucedido este año, por ejemplo, en Madrid. Supongo que tienen que poner algún tipo de filtro, pero hay autores independientes que no tienen nada que envidiar a los de las grandes marcas editoriales. Es por este motivo que el sector de autopublicados y pequeñas editoriales se empieza a gestionar por sí mismo, a crear sus propios foros de exhibición y a movilizar el numeroso público que arrastra. Puede que la lectura esté en los últimos lugares en preferencias de ocio, pero afortunadamente, seguimos teniendo lectores.
Mil gracias por pasar, David