Mejor ventanas en pompa…
Imagen libre de derechos. Pixabay
Se ha sonrojado el cielo de ver cómo se rompe el aire, cómo espadas en alto afilan el miedo que habita en los pliegues de la oscuridad. Se ha entumecido con el latido agrio de tu corazón a la intemperie, se ha vestido con la ausencia que tu mirada vierte, se ha encogido de tanta infamia escrita con sangre agazapada tras el umbral.
Se ha cansado el sol de tanta niebla y tanto frío, de veranos confiscados que agonizan bajo la cerradura del que dirán. Ya no quiere la luna dejar su huella muda sobre noches desguazadas ni días doloridos, sobre lágrimas que dejas en la almohada sin hacer ruido y mueren de orfandad.
Mejor hablar, aunque sea bajito, aunque evites los ojos de quien te vaya a escuchar. Mejor ventanas en pompa a mil posibilidades que tenías prohibido, que puertas clandestinas a la soledad. Mejor una caricia del viento dibujando tu rostro perdido que disfrazar el desamparo de tu alma ultrajada gratis por cobardía y maldad.
¿Calladita estás más guapa? Solo si eres tú quien busca en el sigilo de la mañana un aliento para despertar. Porque hay un murmullo provocando un incendio, una voz que te grita por dentro que la solución no es el silencio, esa ley tramposa que sortea tu resistencia para cegar al tiempo, solo te quiere sabotear.
Mejor dueña de tus fracasos que esclava de la libertad que otros te dan, mejor artífice de tu destino, borroso o fruncido, a que te retengan, o te empujen sin preguntar, mejor artista de tus errores, señora de tus deslices, dueña de tus pasiones, que nadie te diga nunca que no te puedes equivocar.
Si te dan la mano que sea para calentar tus sueños, para vencer el vértigo y nadar por las aguas de la complicidad; que las sombras se desprendan de su traje siniestro, sean solo el susurro cálido de los árboles secundando tus pasos, al pasar. Si te miran de frente que sea para ver el mundo con tus ojos, para escuchar tu misterio y entender lo que te hace brillar.
Mejor una tormenta de hielo cuando las palabras arañan la garganta que miles de primaveras sordas e inertes tras el cristal; mejor reconocer el valor de tu alma desnuda que renunciar por decreto a tu voluntad; mejor mujer que renace y camina, que se sube a lomos de su vida, que se descubre, bien extendidas, las alas que siempre tuvo para volar.
«No existen las distancias cuando se tiene un motivo»
Jane Austin
«Nunca tomes decisiones basadas en el miedo; toma decisiones basadas en la esperanza y la posibilidad»
Michelle Obama
Imagen libre de derechos. Pixabay
Se ha sonrojado el cielo de ver cómo se rompe el aire, cómo espadas en alto afilan el miedo que habita en los pliegues de la oscuridad. Se ha entumecido con el latido agrio de tu corazón a la intemperie, se ha vestido con la ausencia que tu mirada vierte, se ha encogido de tanta infamia escrita con sangre agazapada tras el umbral.
Se ha cansado el sol de tanta niebla y tanto frío, de veranos confiscados que agonizan bajo la cerradura del que dirán. Ya no quiere la luna dejar su huella muda sobre noches desguazadas ni días doloridos, sobre lágrimas que dejas en la almohada sin hacer ruido y mueren de orfandad.
Mejor hablar, aunque sea bajito, aunque evites los ojos de quien te vaya a escuchar. Mejor ventanas en pompa a mil posibilidades que tenías prohibido, que puertas clandestinas a la soledad. Mejor una caricia del viento dibujando tu rostro perdido que disfrazar el desamparo de tu alma ultrajada gratis por cobardía y maldad.
¿Calladita estás más guapa? Solo si eres tú quien busca en el sigilo de la mañana un aliento para despertar. Porque hay un murmullo provocando un incendio, una voz que te grita por dentro que la solución no es el silencio, esa ley tramposa que sortea tu resistencia para cegar al tiempo, solo te quiere sabotear.
Mejor dueña de tus fracasos que esclava de la libertad que otros te dan, mejor artífice de tu destino, borroso o fruncido, a que te retengan, o te empujen sin preguntar, mejor artista de tus errores, señora de tus deslices, dueña de tus pasiones, que nadie te diga nunca que no te puedes equivocar.
Si te dan la mano que sea para calentar tus sueños, para vencer el vértigo y nadar por las aguas de la complicidad; que las sombras se desprendan de su traje siniestro, sean solo el susurro cálido de los árboles secundando tus pasos, al pasar. Si te miran de frente que sea para ver el mundo con tus ojos, para escuchar tu misterio y entender lo que te hace brillar.
Mejor una tormenta de hielo cuando las palabras arañan la garganta que miles de primaveras sordas e inertes tras el cristal; mejor reconocer el valor de tu alma desnuda que renunciar por decreto a tu voluntad; mejor mujer que renace y camina, que se sube a lomos de su vida, que se descubre, bien extendidas, las alas que siempre tuvo para volar.
«No existen las distancias cuando se tiene un motivo»
Jane Austin
«Nunca tomes decisiones basadas en el miedo; toma decisiones basadas en la esperanza y la posibilidad»
Michelle Obama
¡Hola, Matilde! Sin duda que es un aporte extraordinario para luchar contra esa lacra. En realidad, el texto podría ser aplicable a cualquier situación de sumisión y prisión cuando alguien se siente «propietario» de otra persona. Palabras que sin duda no quedarán en el olvido y que no hace falta leerlas en voz alta para conseguir lo que pretenden. Un abrazo!
Mejor no callar.
Mejor escribir y lanzarlo a los cuatro vientos…
Mejor no mirar para otro lado.
Gracias Mati por contribuir, con tus palabras, a q todas seamos libres y respetadas.
Ojalá entre todos podamos ir venciendo esta lacra…. Un abrazo
Sí, efectivamente, el texto está inspirado en esas situaciones execrables que viven muchas mujeres todavía, pero es aplicable a cualquier persona sometida al yugo de otra, independientemente de su sexo o religión, simplemente porque esa otra persona la considere de su propiedad.
Gracias David
Frida Kahlo dijo una vez que «Amurallar el propio sufrimiento es arriesgarte a que te devore desde el interior», y es que cualquier iniciativa para visibilizar esta lacra es un paso adelante,… y tu hermoso texto es una de ellas.
Un abrazo!
Gracias Norte. Sin duda una responsabilidad de todos. Un abrazo
Hola Matilde, y como reza un dicho; «mejor un cobarde vivo que un valiente muerto» (sea esto por el bien quedar), Nadie debería acallar de ninguna forma a un alma que de por sí es libre. Nos falta aprender a volar mejor, soltar prejuicios y hacernos con el control de nuestra propia vida. Por desgracia aún hay demasiada violencia en todos los ámbitos. Me uno a tu sentir.
Sutil y precioso texto.
Un abrazo.
Completamente de acuerdo. Nos falta aprender a respetarnos a nosotros mismos desde el mismo momento de nuestro nacimiento. Claro que, en este asunto interviene tanto la educación que el trabajo, sin duda alguna, es de todos en general.
Un fuerte abrazo Mila