Persiguiendo tu voz
No oigo la música en la que bailaban tus palabras, ni la templanza de tu tono comedido. Viaja la memoria ofuscada entre pasados retóricos para dar puntadas a retales que del lienzo se han desprendido.
No oigo la música en la que bailaban tus palabras, ni la templanza de tu tono comedido. Viaja la memoria ofuscada entre pasados retóricos para dar puntadas a retales que del lienzo se han desprendido.
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Matilde Bello
Periodista y escritora
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