Un instante de luz
Imagen de Layers en Pixabay
A la orilla del cielo, donde habita la inocencia que fuimos, teje su historia mi presente en una madeja que se revuelve mientras deshace los nudos de sus hilos. Un instante madrugador merodea en mi conciencia, y se apodera de esa lucidez de extraña efervescencia que puentea las sombras sobre las que hace equilibrio.
Abrigo todo el tiempo del mundo en las manos: un segundo; una voz sobornando a la suerte que desaloja decadencias silentes de su apoltronado retiro. Un rumor abrazado al fogonazo de ese instante encubierto en su sigilo, que late a pleno pulmón y deja encendida su lumbre incluso cuando olvidamos para qué vino.
Patina veloz desde un edén privado en el subconsciente hasta otro remoto en el exilio: la intuición, y vende la semilla de su alquimia al mejor postor, a quien negocie bien las cartas con su instinto. Un soplo de luz indefinible y perturbador que arrolla tímidamente los cinco sentidos, y revela su efímera trascendencia con la sutileza de la mañana en su desacato a la noche, suplantada sin litigio.
Acecha sin delatarse y se da a la fuga de puntillas como un espejismo: el presentimiento, y cuando manifiesta su voluntad nunca sabes si es verdad, si será, o si ya ha sido. Una corazonada avezada en el arte de vestir la realidad con certezas de precipicio, de enamorarnos con esa fugaz convicción pletórica de acento y con tendencia al suicidio.
Hermana de la sabiduría le fascina la comprensión más allá de cualquier principio: la percepción; su mirada florece en la reflexión y entra en éxtasis cuando destapa, de los misterios, sus entresijos. Se mueve libremente entre la contemplación y la experiencia de su oficio, como un ave desde lo alto observa el paisaje haciendo de la paciencia su principal ejercicio.
Sin tiempo para entretenerse, a merced de una corazonada que capte mi intuición, llega anárquica, como siempre, la inspiración, recostada en las veleidades de su arbitrio. A veces villana, aparece sin avisar, y despliega sus armas con impúdico exhibicionismo, otras, novicia, nos mira desde un altar, y camufla en su impostada inocencia el secreto de su prodigio. Un instante de luz, de plenitud sensorial, que nunca sé interpretar si es tramposa bendición o bendito maleficio.
«La inspiración es la ocasión del genio»
Honore de Balzac
Relato perteneciente al libro «Desde el salón de mi alma» / Matilde Bello
PARA COMPRAR EL LIBRO HAZ CLICK AQUÍ
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A la orilla del cielo, donde habita la inocencia que fuimos, teje su historia mi presente en una madeja que se revuelve mientras deshace los nudos de sus hilos. Un instante madrugador merodea en mi conciencia, y se apodera de esa lucidez de extraña efervescencia que puentea las sombras sobre las que hace equilibrio.
Abrigo todo el tiempo del mundo en las manos: un segundo; una voz sobornando a la suerte que desaloja decadencias silentes de su apoltronado retiro. Un rumor abrazado al fogonazo de ese instante encubierto en su sigilo, que late a pleno pulmón y deja encendida su lumbre incluso cuando olvidamos para qué vino.
Patina veloz desde un edén privado en el subconsciente hasta otro remoto en el exilio: la intuición, y vende la semilla de su alquimia al mejor postor, a quien negocie bien las cartas con su instinto. Un soplo de luz indefinible y perturbador que arrolla tímidamente los cinco sentidos, y revela su efímera trascendencia con la sutileza de la mañana en su desacato a la noche, suplantada sin litigio.
Acecha sin delatarse y se da a la fuga de puntillas como un espejismo: el presentimiento, y cuando manifiesta su voluntad nunca sabes si es verdad, si será, o si ya ha sido. Una corazonada avezada en el arte de vestir la realidad con certezas de precipicio, de enamorarnos con esa fugaz convicción pletórica de acento y con tendencia al suicidio.
Hermana de la sabiduría le fascina la comprensión más allá de cualquier principio: la percepción; su mirada florece en la reflexión y entra en éxtasis cuando destapa, de los misterios, sus entresijos. Se mueve libremente entre la contemplación y la experiencia de su oficio, como un ave desde lo alto observa el paisaje haciendo de la paciencia su principal ejercicio.
Sin tiempo para entretenerse, a merced de una corazonada que capte mi intuición, llega anárquica, como siempre, la inspiración, recostada en las veleidades de su arbitrio. A veces villana, aparece sin avisar, y despliega sus armas con impúdico exhibicionismo, otras, novicia, nos mira desde un altar, y camufla en su impostada inocencia el secreto de su prodigio. Un instante de luz, de plenitud sensorial, que nunca sé interpretar si es tramposa bendición o bendito maleficio.
«La inspiración es la ocasión del genio»
Honore de Balzac
Relato perteneciente al libro «Desde el salón de mi alma» / Matilde Bello
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Un texto precioso, Matilde. Poético e inspirador.
Mil gracias, Marta.
Un abrazo
Yo no me llevo bien con mis musas. A veces dudo de que las tenga. Me traen muchas cosas y tengo que ser muy selectivo. Van por libre y se ríen de mí. Creo que, al contrario que a ti con las tuyas, las mías no me respetan.
Llevarse bien con las musas….¡Hummm, no sé si eso es posible!
Tienes suerte si, como dices, son generosas. La selección al final es cuestión de oficio, con el tiempo uno aprende a quitar el grano de la paja…
A mí me respetan lo mismo que a cualquiera: son caprichosas, inestables, arbitrarias, y además llegan cuando les da la gana, sobre todo cuando estoy tan perezosa que ni me entero…
Habrá que encomendarse a la disciplina, es lo único que nos mantiene en alerta..
Que bien definidas esas tres cualidades: intuición, presentimiento y percepción.
No he acertado ninguna. Se que tengo mucho que aprender.
Soy muy afortunada de tener una maestra como tu; que es capaz de inspirarme como pocos consiguen hacerlo
Rosa, has introducido hábilmente ese «elogio» del que hablaba en mi boletín y me has hecho sentir genial. Te aseguro que yo no soy maestra nada, al contrario, soy una eterna aprendiz… y me encanta que la vida te haya puesto en mi camino. SEguro que juntas seguimos aprendiendo un montón de cosas…
Un abrazo
Hola Matilde… que tu no te consideres maestra en algo… no significa que no lo seas. Y… si eres una persona inspiradora (que…¡vaya si lo eres!) pienso que estás siendo transmisora de conocimiento y sabiduría … o sea… maestra. 🙂
Un enorme abrazo!!!
Norma me siento muy pequeñita para sobrellevar el calificativo de «maestra», pero es todo un honor que me tengas en dicha consideración. Que te resulte inspiradora ya es todo un elogio de extraordinaria importancia para mi.
Gracias por seguirme y un abrazo enorme
Pura poesía Matilde. Muy bello. Saludos.
Gracias
Un abrazo
Mil gracias Ana,
Abrazo fuerte
Muy buen texto. Y sí, la inspiración está en el aire, y hay que pillarla al vuelo.
Un abrazo
A por ella, entonces…
Muchas gracias
¡Hola, Matilde! Bellísimas palabras para uno de los misterios más misteriosos como es la inspiración o el proceso creativo. Pasar de la observación a la comprensión y de ahí a la ficción.
Las musas son realmente puñeteras, cuanto más las buscas más huidizas son. Cuanto más las rechazas, más se empeñan en rondarte… y uno sin un papel en el que poder anotar sus historias. Un abrazo!
Creo que me un día me levanté con la moral alta y me dije «a ver que soy capaz de decir sobre ti» y, por supuesto, la descripción no llega ni a un tercio de lo que la inspiración provoca cuando se presenta….
Son ese tipo de conceptos (inspiración, amor, felicidad…) que por muchas vueltas que les des nunca llegas a definirlos con exactitud.
Mil gracias por pasarte, David.
Un abrazo
Un placer escucharte, Matilde, tu voz de poeta, pausada, dulce, atrapa la inspiración, en un texto tan poético que juega con la intuición, el presentimiento, la percepción…
Hola Maria Pilar,
Bienvenida a este pequeño rincón de las emociones y muchísimas gracias por tus palabras. Quise jugar con esos tres conceptos en torno a la inspiración porque, personalmente, creo que está muy ligada a nuestros instintos más primarios…, aunque supongo que cada uno tendrá su propia percepción.
Debo decir que las prisas esta vez se notan en el podcast que ha quedado bastante «mejorable» en calidad sonora… A ver si la próxima pulimos pequeños detalles.
Un abrazo
Hola Matilde!
Qué gran alegría re encontrarte. No sé por cual razón tus mails habían ido a parar al Spam. Yo pensé que tal vez no estabas publicando, y la verdad sea dicha, he sido perezosa en buscar tu página y revisarla.
Respecto a Un Instante de Luz, disparador de sentimientos y pensamientos… como todo lo que escribes.
Un enorme abrazo!!!
Hola Norma,
¡¡¡Alegria mutua y grande!!!
Lo cierto es que he estado unos meses «desconectada» centrada y absorta en la preparación de mi libro, que ya está en el horno, por cierto, a la espera de su publicación. (Iré informando)
Con respecto a los correos, el sistema, a veces, detecta como spam los correos que identifica procedentes de Newsletters. Creo que una vez que los abres ya te los empieza a alojar en la carpeta de Recibidos….
Gracias por tus palabras