Mi hermanito
Imagen Pixabay
Si le tapo la nariz, ahora que duerme, ya no despertará más. Fin de: Marcos, vigila a tu hermano; Marcos, no pellizques a tu hermano; tienes que cuidar de tu hermano, Marcos…
Antes mamá me quería mucho. Me daba tantos besos que no era capaz de contarlos. Por la mañana me revolvía el pelo antes de peinarme. Tienes los mismos remolinos que yo, repetía, eres una fotocopia mía. Y me hacía cosquillas hasta que me dolía la barriga, ella se reía a carcajadas y nos moríamos de la risa los dos.
Ahora dice que ya soy mayor.
Solo tiene tiempo para él.
Es un egoísta, siempre comiendo de su teta, chupando y chupando. A veces le hace daño. Lo he visto. Y llora todo el rato con esa voz de pito para que no me haga caso a mí, para que le cambie su apestoso pañal, y lo coja en brazos y así quedarse con todos sus besos…
Mamá está muy cansada.
¿Y si lo ahogo en la bañera? No. No puedo hacer eso. Mamá me odiaría. Y yo quiero que mamá me quiera para siempre. Tiene que parecer una cosa del destino.
Ya sé. Papá guarda veneno en la despensa de cuando hubo ratones en el vecindario. Untaré los pezones de mamá sin que ella se dé cuenta y adiós al mocoso. Decidido.
Cuando horas después me despierta mamá gritando supe que se había cumplido la desgracia:
–¡Marcos! ¡Marcos, ayúdame, hijo, tu padre no respira…!
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Si le tapo la nariz, ahora que duerme, ya no despertará más. Fin de: Marcos, vigila a tu hermano; Marcos, no pellizques a tu hermano; tienes que cuidar de tu hermano, Marcos…
Antes mamá me quería mucho. Me daba tantos besos que no era capaz de contarlos. Por la mañana me revolvía el pelo antes de peinarme. Tienes los mismos remolinos que yo, repetía, eres una fotocopia mía. Y me hacía cosquillas hasta que me dolía la barriga, ella se reía a carcajadas y nos moríamos de la risa los dos.
Ahora dice que ya soy mayor.
Solo tiene tiempo para él.
Es un egoísta, siempre comiendo de su teta, chupando y chupando. A veces le hace daño. Lo he visto. Y llora todo el rato con esa voz de pito para que no me haga caso a mí, para que le cambie su apestoso pañal, y lo coja en brazos y así quedarse con todos sus besos…
Mamá está muy cansada.
¿Y si lo ahogo en la bañera? No. No puedo hacer eso. Mamá me odiaría. Y yo quiero que mamá me quiera para siempre. Tiene que parecer una cosa del destino.
Ya sé. Papá guarda veneno en la despensa de cuando hubo ratones en el vecindario. Untaré los pezones de mamá sin que ella se dé cuenta y adiós al mocoso. Decidido.
Cuando horas después me despierta mamá gritando supe que se había cumplido la desgracia:
–¡Marcos! ¡Marcos, ayúdame, hijo, tu padre no respira…!
Hola, Matilde. La voz del niño está logradísima. En cuanto a sus sentimientos como el hermano mayor , que te voy a decir , reales como la vida misma y magníficamente plasmados. Y en cuanto al final, pobre padre, para un día que le «tocaba» y mira como acabó la cosa, ja, ja, ja. Excelente y escalofriante a partes iguales. Un abrazo.
Gracias Pedro. Leí en un artículo que esta «leyenda urbana» se extendió por la sociedad japonesa y me apeteció jugar un poco con esos celos típicos del hermano mayor…
Un placer tenerte por aquí, como siempre.
Un abrazo
Menuda historia sobre esa leyenda urbana…
Eres capaz, con tu forma de escribir, de meterme tanto en lo que vas contando que ni por un momento me podía imaginar ese final.
Como siempre “BRAVA”…
Ja, ja…Me encanta cómo expresas lo que sientes con lo que escribo. Siempre me animas a seguir….Eres una de mis grandes fans…
Un súper abrazo
Se olvidó el niño , que tenía dos rivales .
Me temo que para el celoso, cualquiera es un rival.
Gracias por tu comentario ?
Los celos de hermanos…no sé si el mío habrá sentido algo parecido, soy la menor, de lo que sí estoy segura es que mamá tenía cierta preferencia por él …en cuánto al final…inesperado ..tragicómico…excelente el relato como siempre…cariños
Esperemos que no… me refiero a que haya tenido ganas de matarte…
Todos los hermanos hemos tenido celos en algún momento, pero lo normal es que poco a poco aprendamos a gestionarlos y controlarlos….
Un abrazo
Hola Matilde, un relato de contrastes, los celos infantiles y después esa desgracia que te hace imaginarte «cosas» jajaja. Y bueno finalmente la moraleja, a veces las malas acciones regresan para mordernos el trasero. Muy bueno. Saludos.
Muchas gracias por tu comentario, Ana.
Excelente relato, Matilde. Pobre chico, le faltó la madurez de los años para saber que de esa fuente de placer y alimento no beben solo las criaturas. La voz del narrador, perfecta!
Un saludo
Gracias Juana,
Me ha salido un poco cabroncete el niño, pero los celos enfermizos es lo que tienen, que suelen acabar en tragedia.
Un abrazo
Tetudas o no, tenéis el poder, está claro. Supremacía mamaria y ese final tan inmejorable… (Reverencia).
Poder extraño el nuestro…dura dos telediarios…je, je
Muchas gracias
Una historia que calificaría de tragicomedia. Al drama inicial del niño celoso de su hermanito pequeño, le has añadido una situación final casi hilarante.
Me ha encongido el alma primero y luego me ha hecho reír.
Un saludo.
Pues si he contribuido a provocar dos emociones en tan pocas palabras ya me doy por satisfecha…
Muchas gracias, Josep
He de reconocer que desconocía esta leyenda. Magnífico relato, con todos los requisitos de una tragicomedia. Excelente desarrollo y final genial, jajaja. Saludos, Matilde!
Muchas gracias Mayte.
Un abrazo
¡Hola, Matilde! Una fantástica leyenda urbana que demuestra lo importante que es ese giro final en estos relatos. Una narración excelente, marca de la casa, que con ese giro final consigue sacarnos una sonrisa, carcajada, dando un vuelco total a la tensión que logras con ese plan diabólico del niño que nos tuvo toda lectura con el alma en un puño. No conozco la leyenda original que mencionas, pero sin duda es un aporte de lujo y ejemplo de lo que son las leyendas urbanas. Magnífico. Un fuerte abrazo!
Hola, David
Cuando anunciaste tu nuevo reto todo lo que se me venía a la cabeza era muy «conocido» así que me puse a indagar y descubrí un artículo fantástico en La Vanguardia que hablaba de leyendas urbanas con un apartado súper jugoso de leyendas urbanas japonesas. Tal vez los ciudadanos de esta cultura llevan en sus genes una carga demasiado dominante de sus antepasados samuráis y no pueden evitar finales hiper dramáticos. En occidente las leyendas urbanas en torno a celos de hermanos mayores se queda en pellizcos, en darles de comer a los bebés algo que no deben o en tirones de pelos… En alguna ocasión he oído eso de que les tapan la nariz, por eso lo he introducido en el relato. En fin, me pareció divertido, un poco macabro, pero divertido.
Uff, estos celos de hermano mayor llegaron a un extremo fatal, causándole una neurosis, tanto que resultó con una victima, víctima que el niño nunca se esperó.
Muy bien contado.
Un saludo.
Sí, realmente la historia es de películas de terror…
Gracias por tu comentario, Cynthia
¡Bueno bueno Matilde…. ese final!!! No me lo esperaba para nada, ni sabía de esta leyenda.
Como ya te han dicho, la voz-pensamiento de la mamá regañando a Marcos del niño logradísima, con esa reiteración regañando a Marcos. Celos fraternos llevados a su máxima consecuencia.
Un estupendo micro, Matilda, te felicito y te doy un abrazo.
Gracias Isabel
En realidad yo conozco muy pocas leyendas urbanas. Tuve que documentarme un poco para crear este relato que acaba tal y como cuenta esa leyenda de origen japonés. Yo solo me he centrado en dar protagonismo a los celos para tratar de no ser demasiado previsible con el final. Me alegra haber conseguido el impacto.
Un abrazo
Pero qué bueno, Matilde. La voz de ese niño crea una situación tan auténtica que desde el principio lo estaba viendo venir, pero claro… el sorprendente final me ha dejado con la boca abierta.
Un abrazo.
Sí, la técnica de distracción con el diabólico niño ha servido para despistar… je, je
Muchas gracias por tu comentario.
Un abrazo
Hola, Matilde. Eso de los celos de los hermanos recién nacidos es un clásico, así que vamos bien. El estilo y la redacción impecables, haciendo verosímil la situación y más con ese comienzo de cuento. Pero el final ha sido la bomba. Me has pillado descuidado. Ha sido sorpresivo, ingenioso y un golpazo de humor. Felicidades. Un abrazo.
Muchas gracias Isan
Golpazo de humor algo siniestro…je, je
Un abrazo
Una leyenda como pocas. Cuantas veces habremos oído hablar de los celos entre hermanos. Muy ingenioso. Un placer leerte. Abrazos
Hola, Nuria
Muchas gracias por pasar y por tus palabras.
Un abrazo
Hola, Matilde. ¡Pues vaya vuelco a dado la historia! Nos has distraído con el demonio de Marcos para después ¡zas!, un padre envenenado por jugar con lo que no debía.
Tienes un humor muy fino, Matilde. Disfruto un montón con tus relatos.
Un abrazo enorme.
Hola, Bruno
Sí, la técnica de la distracción ha sido totalmente premeditada para camuflar el final. Me alegra saber que ha funcionado.
El sentido del humor siempre me ofrece recursos muy útiles a la hora de estructurar cualquier trama argumental. Me gusta mucho servirme de él en cualquier género.
Muchas gracias por tu generoso comentario y aprovecho para decirte que yo también disfruto mucho con tus relatos.
Pues la tensión y el mal cuerpo que iba cogiendo con el desarrollo del relato ha estallado en una sonora carcajada de la cual me he sentido culpable. Matilde, muy buen Micro. La «pelusa» en los niños es un caldo de cultivo perfecto para una leyenda urbana. Y el humor del final contrasta maravillosamente con la personalidad infantil del narrador. Me ha gustado mucho. Un abrazo.
Tengo un amigo que dice que no ponga etiquetas al sentido del humor (en este texto, por ejemplo, yo decía que era un humor «macabro») pero tal vez tenga razón, es pura ficción. No debemos sentirnos culpables por conectar durante unos instantes con un personaje maquiavélico que al final nos hace reír. Además, en este caso nos hace reír porque al final, como tú dices, revela la personalidad infantil del narrador, que no deja de ser un niño inocente que solo midió sus actos previendo una única consecuencia.
Gracias por pasarte Carles.
Un abrazo
Hola Matilde
Me has hecho reir con todo el contenido del micro, las que somos madres de varios hijos sabemos lo peligroso que puede ser desatender a uno cuando nace otro, y es que necesitamos ser ese foco de atención, al menos en la niñez, que el solo hecho de que nos echen a un lado ya es motivo de rabia interior y quién sabe qué cavilaciones para recobrar el trono.
Pobre del niño que en su inocencia no sabia que podia matar a su padre. Genial ese inesperado final.
Siendo una leyenda japonesa, al parecer estos japoneses tienen algo de maquiavelos desde temprana edad, ja, ja.
Muy gracioso y realista a la vez. Bendiciones y bienestar a tu vida.
Hola Idalia,
Las madres siempre culpabilizándonos de todo lo que son y hacen nuestros hijos… (risas con cariño)
He exagerado el universo del «hermano mayor» hasta su máxima expresión, creo que en este caso hubiera acabado del mismo modo independientemente de la madre de la criatura, je, je. La sociedad japonesa, quizás precisamente por esa cultura que proyecta tanto respeto y cortesía, nos sorprende a menudo con historias que son verdaderas tragedias. Ha sido interesante conocer todas las leyendas urbanas de este reto.
¡Ay, Matilde! ¡Qué buen final! Me ha encantado el tono del cuento. La voz del niño está muy lograda, a medio camino entre la malicia y la ternura y la sorpresa final hace soltar la carcajada. Me ha gustado muchísimo.
A medio camino entre la malicia y la ternura…Me ha gustado esa definición, porque, efectivamente, es lo que quise plasmar en el personaje…
Muchas gracias por tus palabras y me alegra haberte sacado una sonrisa.
Un abrazo
Un final sorprendente y con un poco de humor negro, pobre niño sus celos no lo dejaron ver más allá. Las madres deben preparar a sus hijos, inculcar valores y hacerle ver que para ella todos sus hijos son iguales y que los ama sin condiciones. Es de suma importancia no sobreproteger ni demostrar afectos que puedan causar este tipo de sentimientos que se hacen muy comunes, aunque no lo parezca
Hola Raquel,
Gracias por tu reflexión. El tema de los celos daría para un artículo aparte porque tiene muchas aristas y conduce a caminos insospechados. El de los celos infantiles creo que es de los más difíciles de tratar pues ellos sobredimensionan sus sensaciones y no tienen las mismas herramientas que los adultos para gestionar sus emociones. Pero sí, la labor de los papis aquí es fundamental.
Un fuerte abrazo
Ja, ja, ja. Pero Matilde, qué mala idea tienes, pues nada, un caso más de violencia de… ¿tiene nombre? Mejor no, que eso es dar ideas. Magnífico, ese monólogo interno es muy fluido, se pierde la noción de que se está leyendo para formar parte de la introspección del mocoso, y el giro final pues, que aún me estoy riendo, ?, aunque pobres padres por la parte que nos toca.
Sencillamente genial
Un abrazo!
Muchas gracias, Pepe
Me alegra haberte hecho reír. Gracias por pasar.
Un abrazo
Hola Matilde, vaya final compañera, jeje. Ay los celos entre hermanos ( ¿o no será hijo-padre? lo digo por Edipo) no sabes por donde van a salir fastidiando. Saluditos.
Los celos siempre acaban de forma teatral…además de tragedia o drama…
Un abrazo
Vaya vaya, tenemos niño sicopata (los japoneses son muy suyos, o son los coreanos?) Y ahora también homicida o asesino, aunque sea involuntario. O un termino medio. Las causas pueden ser diversas, pero este niño hará carrera.
Me encantan los finales y este está genial.
Saludosss
Lo tiene todo el muchachito, me ha salido algo «desequilibrado»… je, je
Muchas gracias Gabiliante por pasar y dejar tu comentario.
El micro es muy bueno Matilde, pero ese final,… resuelto en dos palabras «tu padre», es a la vez escalofriante y genial-
Me ha encantado!
Sí, es un poco maquiavélico, la verdad, tipo «la semilla del mal» o algo así…
Gracias por tus palabras Norte.
Un abrazo
Si cierto, en la mente infantil tambien se guardan planes ultraelaborados, hay ninos muyyyy malos.
¿Será que no somos buenos por naturaleza?
Gracias por pasar, Casagrande.
Un abrazo
Hola Matilde. Genial relato, muy bien contado desde la perspectiva del niño, explotando los celos que siente por su hermano. Nos acercas hacia un final que se entrevé y del que renegamos por lo terrible que nos parece, y para terminar das esa sorpresa final, tan inesperada por nosotros como por el protagonista. Excelente!
Muchas gracias, Jorge.
Un abrazo
Los celos de los hermanos son normales pero tu protagonista los lleva al extremo uff que peligro de niño
Bien contada toda la trama y el final es inesperado
Un abrazo Matilde
Que maravilla de relato, Matilde. Imaginé a Marcos, en esa cotidianidad con los «clásicos» celos a hermanos pequeños.
Conseguiste un ambiente en el que se palpa las emociones del niño, y su discurrir para seguir siendo el protagonista de la mamá.
Y el final, ja,ja, sorpresivo ¡buenísimo!
Has creado una leyenda urbana, con la pulcritud que te caracteriza.
Gracias por este regalo.
Un fuerte abrazo, y buen fin de semana.
Hola Mila
Hacía tiempo que no nos encontrábamos. Sí, la verdad es que mi propuesta es como un cuento infantil para adultos, he querido trasladar esos celos infantiles en un plato mitad amargo, mitad tierno que al tragar explotase en el estómago.
Muchas gracias por tus siempre amables y geneorosas palabras.
Un abrazo
Hola Matilde , un relato que la verdad estaba rezando para que la cosa
no saliera como el niño quería , pero vaya chasco al final el que muere es el padre.
menudo giro le has dado al micro , muy bueno.
Saludos de flor.
Muchas gracias, Flor.
Un placer saludarte
Hola, Matilde. Que bien le das la vuelta a un micro que parece sentimentaloide a algo tan oscuro como la siniestra, aunque ingenua, imaginación del niño protagonista. Un giro muy logrado. Saludos
Muchas gracias por tu comentario, JM.
Un abrazo