Muda y ciega
Hay veces que agradezco no ver. Otras debería callar.
Soy un poco quisquillosa con los ruidos; algunos me desquician. La mujer de la mesa contigua, por ejemplo, carraspea compulsivamente como si tuviera una hormigonera en la garganta. No puedo evitarlo. Contrataco. Ella carraspea, yo doy la réplica. Si el sarcasmo pudiera pintarse sospecho que ahora tendría mi rostro. Sí. Mejor no verme así.
¡Suerte que estoy de buen humor! Me muerdo la lengua y me centro en el restaurante. Percibo mucho desparrame de perfume y clinc, clinc de abalorios y lentejuelas. Las expectativas andan desatadas.
De pronto siento una corriente eléctrica peinando mi nuca:
—Señorita, ¿tiene planes para el resto de su vida? —me susurran.
—No soy chica de planes —le sigo el juego—. Tendrá que ser más preciso.
Me rodea por detrás de la silla y se apoya en la mesa, sin tocarme. A mi nariz llega el rastro dulzón de un after shave. Se aproxima un poco más y su calor abre fuego en mi piel.
—Precisemos, pues —amenaza—: voy a desnudarte muy leeeeentamente; a besarte en el hueco de la garganta, y detrás de las rodillas. Voy a seguir el curso de tus venas hasta conquistar todas tus orillas… ¿Qué tal?
—Mejorable —le reto.
Entonces me muerde el lóbulo de la oreja y la descarga es tan traicionera que pego una sacudida provocando un desastre en la vajilla.
—¡Feliz aniversario! —se ríe de mí—. Perdona el retraso.
Por fin muda, pienso, además de ciega.
Capítulo siguiente (1): Casi perfecto
Hay veces que agradezco no ver. Otras debería callar.
Soy un poco quisquillosa con los ruidos; algunos me desquician. La mujer de la mesa contigua, por ejemplo, carraspea compulsivamente como si tuviera una hormigonera en la garganta. No puedo evitarlo. Contrataco. Ella carraspea, yo doy la réplica. Si el sarcasmo pudiera pintarse sospecho que ahora tendría mi rostro. Sí. Mejor no verme así.
¡Suerte que estoy de buen humor! Me muerdo la lengua y me centro en el restaurante. Percibo mucho desparrame de perfume y clinc, clinc de abalorios y lentejuelas. Las expectativas andan desatadas.
De pronto siento una corriente eléctrica peinando mi nuca:
—Señorita, ¿tiene planes para el resto de su vida? —me susurran.
—No soy chica de planes —le sigo el juego—. Tendrá que ser más preciso.
Me rodea por detrás de la silla y se apoya en la mesa, sin tocarme. A mi nariz llega el rastro dulzón de un after shave. Se aproxima un poco más y su calor abre fuego en mi piel.
—Precisemos, pues —amenaza—: voy a desnudarte muy leeeeentamente; a besarte en el hueco de la garganta, y detrás de las rodillas. Voy a seguir el curso de tus venas hasta conquistar todas tus orillas… ¿Qué tal?
—Mejorable —le reto.
Entonces me muerde el lóbulo de la oreja y la descarga es tan traicionera que pego una sacudida provocando un desastre en la vajilla.
—¡Feliz aniversario! —se ríe de mí—. Perdona el retraso.
Por fin muda, pienso, además de ciega.
Capítulo siguiente (1): Casi perfecto
Que grande, Matilde, con ese final que justifica el título sobradamente. Una invidente atenta de oído, que todos los sonidos los magnifica en ruidos, y sobre todo, con una sensualidad a flor de piel.
Que me ha encantado. Mucho.
Pues me alegra mucho que me lo digas, de verdad, porque he dudado hasta el infinito. Quería transmitir un perfil «normal» de la invidente, despojarla de cierto «heroísmo» que a veces atribuimos a los discapacitados, por eso la he presentado confesando su defecto… pero en fin, que reconozco que he dado muchas vueltas al texto hasta que al final, como le he dicho a David, he pensado, que juzguen los lectores, que seguro «me abren los ojos»…
Muchas gracias Isabel…
Me encanta Mati. A veces es mejor quedarse muda para no decir una barbaridad, aunque yo de eso no se mucho???
Ja, ja… A veces las más parlanchinas también se quedan sin palabras. Ya llegará, ya…
¡Fantástico, Matilde! Una historia magníficamente escrita, con mucha naturalidad en el tono y un personaje que se ríe de sí mismo con mucha picardía. Me ha encantado. Felicidades.
Me gusta que digas eso de que se ríe de sí misma porque era una de las cosas que quería transmitir. Quería hacerla humana, ni más ni menos especial por el hecho de ser ciega. La verdad es que en este caso he sufrido la limitación de palabras porque me hubiera encantado explayarme en algunos diálogos… Pero va muy bien para condensar. Gracias por dejarme tu comentario. Un abrazo
Más que escribir este micro parece que los has pintado por la forma tan precisa de describir la escena solo con los sentidos. Tu protagonista en el club de la comedia sería una monológista difícil de batir, Buen micro de humor muy fino ??
Pues lo de monologuista no se me había ocurrido pero me parece genial que te haya sugerido algo así. Muchísimas gracias por hacer tu reflexión del relato y compartirlo conmigo. Un abrazo
Hola, Matilde! Por fin te devuelvo la visita. Lo que más me ha gustado de tu micro ha sido lo bien que has recurrido a los diferentes sentidos, a excepción de la vista, para describir la escena en que se desarrolla la trama. La conversación entre ambos personajes a mí me ha resultado muy sugerente, destacando también las pinceladas de humor y de fina ironía que vas dando aquí y allá. Felicidades y un abrazo.
Pues muy contenta de que lo hayas disfrutado Beri. El humor ha sido esencial para conseguir que la prota se riera de sí misma. Me alegra haberme acercado a mi propósito. Muchas gracias por la visita. Un abrazo
Hola, Matilde:
Me ha resultado un impactante juego al despiste, como lo son los buenos micros. Partiendo de una escena de seducción para acabar sorprendiéndonos con ese giro magistral del ¡Feliz aniversario! cuando preveíamos que iba a decir otra cosa muy diferente.
También has sabido trasmitir muy bien el mundo especial del invidente, donde los sonidos, olores y sensaciones cobran una singular importancia.
¡Enhorabuena, me encantó!
Es curioso que digas lo del giro final porque mientras lo escribía, y después de 37 vueltas, he pensado que quedaba bastante claro por dónde iban los tiros… pero cuando meneas tanto un texto al final una ya no sabe qué funciona y qué no….
Muchas gracias Estrella por dejar un comentario. Un abrazo
Picardía, sensualidad, síntesis, vuelta de tuerca final para el lector desprevenido, ¿qué más se le puede pedir a un reto de tan pocas palabras? Espléndido, Matilde. Ah, algo más: muy agradable lectura. Lenguaje sencillo y pulido.
Un abrazo
Muchas gracias Juana
Un placer saber que te ha causado buena impresión. Sin duda ha sido un reto interesante con el que he disfrutado mucho, a pesar de que, cómo a la protagonista, a veces me he desquiciado un poco. Gracias. Un abrazo
Hola, muy bueno. Lleno de sensaciones y estímulos, y con un gran final. ¡Saludos!
Gracias Ana. Un abrazo
Hola Matilde. Nos has regalado un relato fresco, seductor y con un puntito gamberro. La naturalidad con que tratas el tema es admirable, creando un personaje que bien podríamos encontrárnoslo en cualquier momento de nuestra vida.
Reto superado, por supuesto.
Un abrazo.
Gracias Bruno. Eso pretendía, que fuera un personaje natural, creíble y real. Me alegra que lo hayas interpretado así. Un abrazo y gracias por tus palabras.
He disfrutado con esa complicidad de la pareja y el cúmulo de sensaciones que siente el personaje principal ante esa presencia presentida que detecta y reconoce. Un relato lleno de amor y propuestas soterradas.
Gracias por compartirlo.
Un abrazo
Gracias Francisco. El reconocimiento, efectivamente, permite a la protagonista seguirle el juego…
Un abrazo
Espectacular, pude sentir cada uno de los estímulos que relata la personaje principal de esta historia. Me gustó muchísimo y hasta me sacó una sonrisa con la parte de la guerra de carraspeos con la mesa vecina. Buen relato. Un abrazo.
Feliz de que te haya gustado Cyn, y si te ha sacado una sonrisa, todavía más.
Muchas gracias por tu generoso comentario.
Un abrazo
Hola, Matilde. Lo primero que he visto (o sentido tendría que decir) en este relato ha sido elegancia y mucha sensualidad. Un relato que es una declaración de amor de dos personas que se saben enamoradas. Me ha gustado mucho.
Un abrazo.
Muchas gracias Isan por pasarte y dejar tus impresiones.
Un abrazo
Un cóctel muy sensual de los cuatro sentidos de los que hace gala y gran uso la protagonista. Los diálogos me gustaron mucho y me produjeron dos sensaciones diferentes (una en el desarrollo y otra con el final). En la primera percibía atrevimiento, osadía, la búsqueda de aventura de la protagonista. Sin embargo con el final la sensación se transforma y se queda más sosegada, como un juego de pareja en la que los dos son cómplices. Muy buen relato, me ha gustado mucho.
Muchas gracias Carles, por pasarte por aquí y hacer tu comentario. Me alegra que te haya gustado.
Un abrazo
Hola Matilde
Un micro redondo, bien escrito, imágenes y sensaciones, ¡y que sensaciones!
Me ha sorprendido y me ha encantado. Enhorabuena y un abrazo
Muchas gracias Paola. Un placer recoger vuestras impresiones.
Un abrazo
Un verdadero placer visionar las escenas de tus letras, querida Matilde. Con esa espera…y el juego amoroso lleno de picardía y sensualidad, «una corriente eléctrica peinando mi nuca». (buenísima frase). Todo tu relato desborda nítidas sensaciones. La imagen bien elegida. Un mini relato, grande. Felicidades, amiga.
¡Un fuerte abrazo!
Muchas gracias Mila. A la hora de percibir ciertos sentimientos la vista es quizás el sentido más prescindible ¿no te parece?
Un placer, como siempre, verte por aquí y comentar contigo.
Un abrazo
Hola, Matilde. Qué relato acabas de regalarnos. Me ha sorprendido ese giro, estaba todo tan bien enlazado que no he caído en la situación en sí. Muy muy bueno, te felicito de veras.
Un abrazo
Pues muy, muy agradecida Pepe. Es un placer estar en esta comunidad con tanto talento y poder compartir opiniones y comentarios. Me alegra saber que lo has disfrutado.
Un abrazo
¡Hola, Matilde! Cuando leo una historia siempre suelo poner a los protagonistas la cara de un actor o actriz, reconozco que lo hago no tanto por la descripción física que el autor realice, que casi siempre se me olvida al pasar la página, sino por cómo se desenvuelven, actúan y hablan los personajes. En esta ocasión he puesto a tu personaje la belleza de Lauren Bacall, solo alguien como ella puede mirar de esa forma, solo alguien así es capaz de responder tan maravillosamente y con ese aire a novela negra clásica. Un personaje que me ha hechizado por completo y como me ha pasado en algún otro micro te sugeriría que no lo guardaras en el cajón. Es una mujer con una personalidad arrolladora que pide vivir más allá de estas 250 palabras.
A él le puse la cara de Bogart, pero no me terminaba de cuadrar, demasiado pasional y sensual. Entonces me vino la de Jeremy Irons, que siempre ha sido un pelín salidote, al menos en sus papeles. Magnífico micro. Un abrazo!!
David me ha divertido muchísimo tu comentario y no puedo evitar seguirte el juego. Efectivamente, si miramos atrás, a Lauren Bacall la veo perfecta en el papel. No sé qué te parece Alain Delon en el masculino. Si buscamos alguien más actual tengo debilidad por Daniel Day Lewis, o tal vez Johnny Depp.
Me costó muchísimo adaptar el reto a las 250 palabras. Mi prota era muy parlanchina y con una verborrea desatada. Me la guardo por si florece en un proyecto futuro.
Mil gracias por tu comentario David. Me lo he pasado genial.
Otro relato original. Simple, pero lleno de dulzura y un poco de morbo. Me ha encantado.
Un placer RRMisterio. Gracias por tu comentario y hasta el próximo reto. Un abrazo
Muy bueno Matilde, es mi segunda vez aquí y la verdad que me voy sonriente y con un buen sabor de labios al leerte.
Nos describes una inquietante espera inicial, bastante jocosa por cierto, para luego sumergirnos en el encuentro electrizante de una pareja, que siente la corriente del amor por sus venas con una sensibilidad y complicidad excitante, ni falta les hará verse ni hablarse, ¿para qué?, con el cortocircuito que les produce la cercanía les bastará, hay fuego para incendiar mas de una ciudad, a eso le llamo sentir la chispa adecuada, como dice una hermosa canción de héroes del silencio.
Bien llevada la intriga de lo que sucederá, hasta que nos revelas la identidad del acosador, ja, ja. Muy chulo. Feliz aniversario para ellos, se lo merecen.
Un placer volver a visitarte Matilde.
Hola Idalia,
Tienes toda la razón, ni falta que les hace verse. Aquí el lenguaje que funciona es el de la química, tal vez ella, al ser ciega, contagia a su pareja esa hipersensibilidad en sus encuentros. Al final el enamoramiento produce sensaciones en las que intervienen sentidos desconocidos de nuestro interior.
Muchas gracias por tu visita y por tus palabras. Un fuerte abrazo
Felicitaciones Matilde por tu merecido Tintero. Un abrazo.(Aunque no puedas participar en el próximo concurso, no nos dejes sin tu historia).
Muchísimas gracias Juana y desde luego, intentaré participar. Al final el encuentro con la comunidad en los comentarios es de las cosas más gratificantes…Un abrazo
Matilde es la primera vez que te visito. Me ha gustado mucho tu micro y la forma con que has descrito las sensaciones. Ese final repentino que me despistado pero muy bueno. Un abrazo.
Un placer conocernos y me alegra que te haya gustado mi micro. Creo que ya lo he dicho en alguna de las respuestas, estaba convencida que mi final no era tan imprevisible pero, en cualquier caso, mejor si ha sorprendido…
Un abrazo
Hola, Matilde. Me encantó el micro. Se puede participar de las sensaciones y la complicidad final con que rematas. Un abrazo
Hola, Matilde.
Fabuloso, me ha gustado mucho ese tono pícaro y sobre todo la naturalidad del relato.
Muy, muy bueno. Enhorabuena.
Saludos.
Muchas gracias Irene
Un placer que te pases por mi blog para charlar un ratito. Al final los comentarios nos sirven para crecer y mejorar. Me alegra que te haya gustado.
Nos vemos entre líneas.
Hola, Matilde
Al fin llego!
Enseguida te atrapa la escena, romántica y seductora. Vaya estrellato se llevó la chica con tremendo final. Me gusta la forma que expresas esas sensaciones en el texto, que para mi son difíciles de explicar.
Un saludo
Hola Yessy,
Me alegra que te hayas animado a empezar a leer la historia de Lucía. Como seguro sabrás, nació en respuesta a uno de los retos de David Rubio y su Tintero de Oro; algunos de mis suscriptores me animaron a continuar y el Diario de Lucía se ha convertido ya en una novela serializada por capítulos. Si bien, vislumbro un final ya en el horizonte.
El hecho de ser ciega condiciona muchos aspectos en la narrativa. Es un desafío. Así que encantada de tenerte por aquí.
Un abrazo grande compañera